domingo, 20 de octubre de 2013

Te siento

Te echo de menos, no puedo evitarlo. Iluminaste mi vida con una luz más fuerte y brillante que la del sol, que rozaba mi cara y me hacia sentir espectacular. Me enseñaste que el mundo había estado conspirando desde sus inicios para que tu y yo pudieramos estar unidos, para que todo demostrara nuestro amor, para que todo y nada pudiera con nosotros. Me confiaste tus secretos más oscuros, entregándome tu alma. Y yo, sólo la custodié. Intenté agrandar tu corazón encojido hace mucho tiempo, quise transmitirte mi forma de vivir y amar, de concebir este mundo. Fuiste idealista por mi, quebrantando tus más puros principios, impuestos una vez, hace ya mucho tiempo. Ni tu lo recuerdas, pero un día supiste amar, supiste extrañar y supiste necesitar. Hoy ya no te queda nada de eso. Eres muy joven aún, pero no has conocido otra forma de amar diferente a la del materialismo. Tu y yo hemos sido más que un nosotros, más que un porque del mundo, más que algo material. Sin embargo, no ha sido fácil que esto resultara bien. Yo sé que es porque no sabes amar, porque te falta vivir una etapa de tu vida que no te deja avanzar. También sé que eres más frágil que nadie, y orgulloso. Aún así, hubo un tiempo en el que dejaste de lado todo tu pasado y empezaste a hilar un futuro conmigo. Fue efímero, aunque intenso. Al menos fue. Aún sueño despierta que te tengo aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario