Despierta y arrimada a tu cuerpo desnudo, el suspiro ya es mi himno... No quiero dejarte escapar. Quiero que se repita una, dos, tres, cuatro y hasta cinco veces más. Con tal de que te enamores de mí...
Quien iba a pensar que al final acabaríamos así... Ya lo ves, aquí estamos. Supongo que lo sabes, que sabes que en realidad te amo... Ya sabes eso, que es mucho. Pues eso es lo que me hace caer en la perdición. Ves algo especial en mí, lo sé, si no no estaría aquí y ahora, en tu cama. Pero ¿El qué? ¿Es amistad especial? ¿Amor? Sé mucho de ti, pero en el fondo no sé nada. Sea como sea el final de esta historia. No te vayas nunca de mi lado amigo.
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